Romería de Virgen De El Cisne la más grande del país

REDACCIÓN:LINDON SANMARTÍN RODRÍGUEZ
Fotos: PABLO SANMARTÍN RODRÍGUEZ
LOJA.- La romería de la Virgen del Cisne es una de la más grandes del país, pues se estima que en ella participan entre 80 a 100 personas provenientes de distintos puntos del Ecuador, Sur de Colombia y Norte del Perú, que del 17 al 20 de agosto acompañan su largo recorrido desde el Cisne hasta su morada temporal, la Catedral de Loja, ciudad en la que recorrerá desde el 15 de septiembre las principales iglesias.
La venerada hace su primer descanso en la parroquia de san Pedro de la Bendita, cantón Catamayo, donde permanece hasta el 18 de agosto, para luego emprender su caminata por segundo día consecutivo con destino a la cabecera cantonal de Catamayo, y en su tramo final iniciarlo el 20 del mimo mes a la ciudad de Loja.
El último tramo comprende 33 kilómetros que son recorrido desde Catamayo a Loja, por la vía principal que conecta a estas ciudades, y luego realizar una primera parada, en el sector El Villonaco, donde se oficia una misa campal, para inmediatamente cubrir los últimos kilómetros; en el sector Belén el Alto Mando Militar de la Séptima Brigada de Infantería Loja rinden homenaje a la Virgen, que ostenta el grado de Generala del Ejército ecuatoriano.
En este lugar recibe saludos del Obispo de Loja, Mons. Julio Parrilla Diaz, del Gobernador, Dr. Pablo Cabrera Ordóñez, del Alcalde, Ing. Jorge Bailón Abad, del Prefecto, Ing. Ruben Bustamante Monteros y del resto de autoridades civiles, militares, policiales y eclesiásticas de la provincia.
Datos históricos:
Según indican los historiadores la imagen de la Virgen María tiene su trono desde hace cinco siglos. En sus primeros años se encontraba dentro de una pequeña capilla que con el paso de los años se convirtió en una iglesia de características modestas, hasta que se construyó en forma definitiva la actual basílica de la Virgen de El Cisne, que se precia de ser una de la mejores del Sur del Ecuador.
La historia cuenta que en el año 1594 se produjo una prolongad sequía que azotó a los pequeños poblados de esta provincia, originando hambre y desesperación, situación que empeoró por la presencia de las plagas que consumían las pocas provisiones que servían para la alimentación de los habitantes de estos poblados.
En estas condiciones extremas a los habitantes de ese entonces se les ocurrió levantar un templo pequeño para venerar a María Madre de Dios, luego de lo cual se produjo el milagro de la lluvia que derramó sobre los fértiles campos lojanos como signo de bendición que se recuerda hasta hoy.