Redacción Política
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A las 13:00, Gustavo Vega, presidente del Consejo de Educación Superior (Conesup), parecía un hincha mirando un juego decisivo de tenis. Tanto que, cuatro minutos más tarde, cuando el presidente de la Legislatura Fernando Cordero dio paso a la votación del proyecto de Ley Orgánica de Educación Superior (LOES), comentó: “Esto se define con muerte súbita”.
Ya no había más posibilidades para debatir, solo votar: a favor, en contra, en blanco o abstenerse. El segundo debate se había agotado entre el 22 y 24 de junio.
Y la votación del proyecto se postergó tres veces desde el 13 de julio. Según el oficialismo, para conseguir un consenso mayor, pese a que decían tener 67 votos, cuatro más de los requeridos.
Desde las 12:00, cuando debía reiniciarse la sesión 46, para la aprobación final, Vega se mantuvo de pie frente al ventanal, que desde la zona de prensa permite mirar la sesión del Pleno.
Lo acompañaban Luis Amoroso, presidente de la Asociación de Universidades Públicas; Carlos Ortega, vicepresidente de la Asamblea Universitaria Ecuatoriana; Alejandro Ribadeneira, de la U. Los Hemisferios...
En el Pleno, la bancada de Sociedad Patriótica, con la voz grave de Fausto Cobo al mando, gritaba: “Paco (Moncayo) no se vende, los héroes no se venden. Paco no les creas, Correa no los deja”.
Moncayo y sus compañeros de Alianza Libertad: Marco Murillo, Edwin Vaca y Rafael Dávila, tenían los cuatro votos que necesitaba el oficialismo para aprobar la propuesta con un mayor apoyo legislativo. Y también las adhesiones que requería la oposición para negarla.
Los cuatro legisladores de A. Libertad y los ex ADE: Nivea Vélez, Henry Cuji y Alfredo Ortiz, junto al socialista Tomás Zeballos y el independiente Jimmy Pinaorgote no definían su posición.
Pero Moncayo había sido una especie de bisagra entre la oposición y A. País. Cordero y Raúl Abad, presidente de la Comisión de Educación, han repetido que por el general, que pidió revisar y codificar el adéndum del 13 de julio con sus pedidos, se había suspendido la votación, ese día.
Por eso, en la zona de prensa, los rectores a través de celulares pedían a los legisladores oficialistas que garantizaran al ex Alcalde de Quito y héroe del Cenepa un diálogo con el Gobierno para que el veto presidencial no afecte la Ley. Se corrió el rumor de que a Moncayo lo había telefoneado el presidente Rafael Correa, pero él lo desmintió luego.
En las barras altas del hemiciclo, había cientos de pobladores de Napo, con carteles de respaldo a la creación de la U. Amazónica. Ese fue el punto de discordia entre Guillermina Cruz con su partido Sociedad Patriótica.
Su voto se sumó al de Galo Vaca, Rocío Valarezo y Ramón Cedeño (los tres que quedan de ADE), Scheznarda Fernández (expulsada del PSC y ahora independiente), Leandro Cadena (ex ID, hoy independiente) y a la de los socialistas Marisol Peñafiel, Pedro de la Cruz y Eduardo Encalada y Silvia Salgado.
En total fueron 10 votos que se sumaron a los 53 del bloque de Alianza País, que no contó con César Gracia (Esmeraldas).
Con 63 adhesiones, es decir sin el amplio consenso anunciado, la LOES fue aprobada. La oposición apenas juntó 47votos en contra.
Juan Carlos Cassinelli, uno de los seis coordinadores de A. País, dijo que más que votos, pesó el contenido y que era un triunfo.
Sobre un posible veto presidencial, aseguró que no podían firmar un acuerdo para bloquearlo, con “un candado legislativo”. A su juicio, el Mandatario es parte de su proyecto y podría aportar con elementos viables. Tras la votación final y la reconsideración pedida en el Pleno, el festejo fue de A. País y los rectores.
Punto de Vista
Gustavo Vega/ Conesup
‘El veto debe ir por el acuerdo’
Yo le he exhortado al Presidente de la República que como una medida de confianza mutua, no vete la Ley de Educación Superior en aquellos términos que fueron consensuados entre los legisladores y los académicos.
Hemos conversado con el presidente de la Asamblea, Fernando Cordero, en forma informal. El nos ha dicho que hay garantías, pero que el presidente del Poder Legislativo no puede tomar doctrinas en poderes que no le competen. Esto es en el Gobierno.
Otro tema fundamental es el de las becas ya que hay que tomar en cuenta que afecta al financiamiento de las universidades que no son tan grandes. Un techo del 15% podría afectarlas. Por ello, se definió que se otorguen becas al 5% del alumnado de las universidades. Está claro que las particulares deben aportar.
