domingo, 25 de julio de 2010

Entrevista: Asambleísta de la Izquierda Democrática


Andrés Páez: La muerte cruzada servirá para que Correa gobierne vía decretos
Por Gladys Rivadeneira
Diario EL UNIVERSO
A criterio del asambleísta Andrés Páez (ID), la crisis en la que se ha visto envuelta la Asamblea Nacional en estas últimas semanas es consecuencia de varios factores, entre ellos, la dependencia que tiene del Ejecutivo.

El legislador considera que el presidente de la República, Rafael Correa, debe rectificar y dar señales de apertura al diálogo. Advierte que el poder Legislativo está al servicio del proyecto político de PAIS y que ve muy conveniente a sus intereses la llamada muerte cruzada.

A su criterio, ¿cuáles son las causas para que la Asamblea haya llegado al entrampamiento en el que se encuentra?
La subordinación del Legislativo al Ejecutivo, la falta de diálogo con todos los sectores y la ausencia de un liderazgo político de (Fernando) Cordero.

¿En qué cree que se refleja la subordinación al Ejecutivo?
Primero, la Asamblea se ha convertido en una agencia de tramitación de leyes del Ejecutivo; segundo, hicieron la Ley Orgánica de la Función Legislativa para impedir toda forma de fiscalización y de esa manera secundar al Ejecutivo hasta llegar al punto de la complicidad con la corrupción de algunos funcionarios del Ejecutivo; y tercero, en la Constitución de Montecristi, donde le castraron al Congreso restándole poderes fundamentales, como por ejemplo, la interpretación de la misma Constitución.

¿Cree que la Constitución aprobada en Montecristi abona para que ahora la Asamblea esté prácticamente inoperante?
La Constitución de Montecristi es la que inicia la desarticulación institucional del país y especialmente del Parlamento. (Rafael) Correa no concibe un gobierno en el que pueda haber un Congreso que se integre con opositores.

¿Por qué la Constitución contribuye a la desinstitucionalización de la Asamblea?
Le reduce significativamente las facultades al Parlamento, le quita la posibilidad de interpretar la Constitución, le quita la facultad de nombrar ciertas autoridades como antes lo hacía, pierde su iniciativa en proyectos de ley de carácter económico; es decir, se le reduce casi a nada a la Asamblea y, por lo tanto, desde ahí se inicia un plan de desarticulación.

¿Cree en la legitimidad del uso de recursos legales como la consulta popular en el caso de la Ley de Educación Superior y la consulta prelegislativa en el caso de la Ley de Aguas, porque en la Asamblea no existan los votos para aprobar esas leyes?
Las instituciones de la rendición de cuentas, la consulta popular son connaturales a la democracia, pero cuando se las distorsiona y se las convierte en herramientas de combate político y en instrumentos de extorsión, simplemente se distorsiona la esencia misma de esas herramientas.

¿La advertencia de que si hay obstrucción se recurriría a una muerte cruzada también se puede convertir en una herramienta de combate político?
En Ecuador no hay tal muerte cruzada, fuera cruzada si es que los dos se fueran a la casa, pero resulta que el Ejecutivo se queda en funciones y el Congreso se queda en su casa, con un agravante: que el Ejecutivo se queda gobernando a través de decretos. Entonces, es una forma de legitimar las prácticas de las dictaduras de antaño. Hay que desmitificar esto, en Ecuador no hay tal muerte cruzada, hay un mecanismo solapado de disolución del Congreso para que Correa se quede gobernando vía decretos.

Para el oficialismo, la oposición es la responsable del caso porque –según dicen algunos representantes de PAIS– no pasa del grito y el bloqueo, pero no llega a concretar nada.
Pero es que es una oposición que numéricamente siempre ha estado en inferioridad de condiciones y por lo tanto no ha podido conseguir frenar los desafueros del Gobierno. Sin embargo, cuando la oposición se acerca inminentemente a tener una mayoría numérica es cuando Correa comienza a hablar de consulta popular, revocatoria de mandato, muerte cruzada y otras amenazas y chantajes. El problema ha sido de números, no ha sido de contenidos o propuestas.

¿Cuál es la solución para que la Asamblea se desbloquee, que pueda tramitar leyes y que también pueda fiscalizar?
Creo que el oficialismo finalmente tendrá que entender que lo que está pasando en el país es consecuencia de sus acciones, el pretender imponer por todos los medios su voluntad omnímoda, y en algún momento tendrán que comenzar a conversar con otros sectores democráticos que también tienen una representación democrática en el Parlamento.

¿Y si no lo hace?
Aquí no se trata de ir a una guerra encarnizada, no creo que una batalla campal sea la solución para los problemas del país, pero sin duda el que tiene que comenzar rectificando es el Ejecutivo y dando señales de apertura para que nos sentemos a dialogar, no solamente a nivel de la Asamblea Nacional, sino también que asuma el compromiso como colegislador de no cambiar lo que se resuelve en la Asamblea.

¿Cuál podría ser el aporte de la oposición al momento?
La oposición tiene que ser absolutamente clara en señalar que no podemos irnos en contra de la institucionalidad. Bueno, hay que conservar lo que queda de institucionalidad en el Ecuador y que debemos agotar todos los mecanismos de diálogo civilizados para que tampoco nosotros repliquemos las prácticas del oficialismo; es decir, no se trata de conseguir una mayoría para imponer, de lo que se trata es de conseguir que las leyes sean de beneficio para el país y eso va más allá de mayoría numérica.

¿Que el bloque mayoritario de la Asamblea y el Gobierno impulsen un mismo proyecto político justifica que las iniciativas del Ejecutivo sean más tomadas en cuenta que las del resto de sectores en la Asamblea?
Tengo vergüenza ajena, no lo justifica, una institución como el Parlamento tiene que estar al servicio del país, no de una particular visión del país que es el proyecto político del oficialismo. Se han quitado la máscara ante el país entero, han reconocido finalmente cuál es su verdadera intención, de ponerle al poder Legislativo no al servicio del país, sino al servicio del movimiento político.

Eso es anular al Parlamento como fuente de expresión de la diversidad, es irse en contra de la participación que dicen defender.

¿Cuál será el objetivo del oficialismo al ir a un nuevo proceso de elecciones por consulta popular o muerte cruzada?
Creo que el país se quedó harto de la larga noche electoral, una nueva elección será desgastante para el país, personalmente no le tengo ningún miedo a la llamada muerte cruzada. Estoy seguro de que los resultados electorales tampoco serán los de la última contienda, así que el que debe estar realmente con las manos sudorosas es (Rafael) Correa. Claro, lo que sí le va a acompañar es ese pernicioso Consejo Nacional Electoral (CNE), que recibirá órdenes y permitirá que se use otra vez todo el aparato del Estado para hacer campaña una vez más.

El argumento de PAIS es que “el soberano” es el mandante y será el que tome la decisión...
Sí, pero no hay cómo estarle consultando al pueblo semanalmente sobre todos los temas. El pueblo toma una decisión y les encarga a sus mandatarios hacer las cosas durante un periodo determinado. Cuando tiene que volver a las urnas, ahí examina la acción de sus mandatarios, pero no puede volver la figura de que ahora el pueblo es el mandante para justificar la imposibilidad de tener votos en la Asamblea.

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