domingo, 8 de agosto de 2010

Abanderados


FUENTE: EDITORIAL Y CARICATURA DIARIO EL UNIVERSO
Que un estudiante sea el abanderado de su colegio es motivo de legítimo orgullo y felicidad para sus padres. Sus esfuerzos no fueron en vano. Su hijo se propuso una meta, aceptó las reglas y lo consiguió. No todos lo hacen, así que hay allí un criterio de excelencia que debería ser considerado siempre. Se equivocan, pues, los que argumentan que tomar en cuenta a los abanderados para el ingreso a los colegios es discriminación. No necesariamente será así.
La duda, sin embargo, es: ¿Cómo está funcionando el mecanismo de los abanderados? ¿Siempre gana el mejor? ¿Siempre se premia al que alcanzó las metas más altas? No nos referimos necesariamente a las injusticias que constantemente se denuncian. Nuestra duda va más allá: ¿El sistema de evaluación en los colegios secundarios públicos y privados refleja en todos los casos el resultado de una educación no solo memorística sino además creativa, participativa y crítica? No nos pronunciamos al respecto ya que no somos expertos, pero el Ministerio de Educación, que parece haber encontrado en este criterio el argumento para liberarse del gravísimo error que cometió, debería informar al respecto.

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