sábado, 7 de agosto de 2010

Desprecio por la Asamblea


EDITORIAL Y CARICATURA DE DIARIO EL UNIVERSO
El Presidente de la Asamblea Nacional debería haber contestado ya la denuncia del asambleísta Washington Cruz, quien asegura que no registró su excusa el día que se votó la Ley de Educación Superior. Tampoco se ha informado mediante qué procedimiento se escogió a quien votó en lugar suyo. De comprobarse esas anormalidades, quien ocupó esa curul no reunió los requisitos legales para hacerlo y la supuesta aprobación de dicha ley no tendría validez legal ni constitucional.
Eso por no mencionar la nueva vergüenza que esto podría representar para un Legislativo que cada día pierde credibilidad y fuerza moral.
El viejo Congreso no eran solo los cenicerazos, los gritos y los forcejeos. Ese era el ropaje, la forma. El contenido era el desprecio por la institución, la trampa como norma de conducta y un supuesto talento para engañar que en realidad nunca pasó de astuto disimulo.
Eso es lo que esperábamos que cambie. Esa era la verdadera Revolución que el país exigía y sigue exigiendo.

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